Ana Dilia Roman

Ana Dilia Román, Nació el 6 de septiembre de 1944 en Luquillo, Puerto Rico. Sus padres fueron Enriqueta Rosa y Gregorio Román. Vivió la mayoría de su vida en East Chicago, Indiana cursando sus estudios superiores en la Washington High School en el mismo estado. Tuvo tres hijos, Gilberto, Francisco y Wilberto, nueve nietos, Floryvette, Tito, Ticoy, Kristen, Kevin, Andrew, Marcus, Baby Gilbert e Isaac. Le sobreviven seis hermanos, Carmen, José Eligio, Luis, David, Juana e Iris. Fue una mujer extraordinaria y digna de admirar. Su vida la dedicó al servicio del Señor. Pastoreó varias Iglesias entre ellas la Iglesia Cristo Viene en Muscatine, Iawa y El Gran Shaddai en Apopka, Florida. Visitó varios países llevando la palabra de Dios y cantando para ÉL. Falleció el 14 de noviembre de 2009 a los sesenta y cinco años de edad en Orlando, Florida dejando un gran legado y un ejemplo a seguir. Madre, te recordaremos siempre con una sonrisa en tus labios. Siempre fuiste nuestra consejera y confidente. Eres y serás siempre la Reina de Nuestros Corazones. Te Amamos, Gimbo, Paco y Wimby Servicios ofrecidos para el Miercoles 18 de Noviembre 2009 en la Funeraria DeGusipe a las 10:00 AM. sera auspiciado por el Pastor Julio Nuñez. seguido del sepelio que se realizara a las 3:00 PM en All Faith Memorial Park 1390 Park Drive Casselberry, Florida. Arrangements entrusted to DeGusipe Funeral Home & Crematory 9001 N. Orlando Ave. Maitland, FL.32751 ph 407.695.2273 www.degusipefuneralhome.com A continuacion queremos compartir esta carta hecha por nuestra madre pocos meses antes de su partida. La Muerte Las escrituras dicen que hay tiempo de nacer y tiempo de morir. Cuando mi tiempo de morir llegue, un ángel estará presente para confortarme y me dará paz y gozo aún en esa hora de crisis, y me conducirá a la presencia de Dios y viviré con el Señor para siempre. Todos nosotros tenemos que morir. Como un ángel tuvo parte en la resurrección de Jesús, los ángeles nos ayudarán en la muerte. Un velo separa nuestro mundo natural del mundo espiritual. Ese velo se llama muerte, pero para el creyente no existe la muerte porque Cristo venció la muerte. El creyente duerme en Cristo, la muerte corta las ataduras que lo mantienen cautivo a este presente inicuo para que los ángeles lo conduzcan a su heredad celestial. La muerte es la carroza de fuego, la tierra voz del rey de reyes, la invitación a entrar al salón de banquete del mundo de la gloria. La muerte es una batalla, un acontecimiento enormemente crítico. Pablo lo llama el postrer enemigo, aunque la muerte perdió su aguijón en virtud de la obra de Cristo en la cruz y su resurrección. El atravesar ese valle todavía provoca miedo e incertidumbre. Sin embargo, los ángeles estarán a nuestro lado para ayudarnos a cruzar el valle de sombra de muerte. Un cristiano se percata de que la muerte está cerca y dice la tierra se aparta, los cielos se abren ante mi, es como si estuviera soñando, pero esto no es un sueño, es bello, es como un trance, si esta es la muerte, la muerte es dulce, aquí no hay ningún valle, Dios me está llamando y debo irme. No creáis ni media palabra tocante a mi muerte. Estaré mas viva que ahora. Habré ascendido en todo, habré salido de esta vieja casa de barro rumbo a una casa que es inmortal, un cuerpo que la muerte no puede tocar, que el pecado no puede manchar, un cuerpo moldeado según su glorioso cuerpo. Lo que es nacido de la carne podrá morir, lo que es nacido del espíritu vivirá para siempre y como dice el creyente no quiero escapar de la muerte de ninguna manera. Porque voy a cantar como cantaba, morir va a ser una experiencia bendita. No se puede comparar con nada el recibimiento que se le da al creyente, se ve rodeado de ángeles tras decirle adiós a los sufrimientos de esta vida y con gozo entrar a la recepción que hay en los cielos para los redimidos. Y también con la muerte se trae esperanza y gozo para los que se quedan y ayudarlos a soportar la perdida del ser querido. El ha prometido dar óleo de gozo en lugar de luto y manto de alegría en lugar del espíritu angustiado. Isaías 61-3. Más el conoce mi camino, me probará y saldré como oro, mis pies han seguido sus pisadas, guardé su camino y no me aparté y del mandamiento de sus labios nunca me separé. Amén Dios los bendiga, Ana Dilia Román 09/06/44 -11/14/09

Ana Dilia Roman

September 6, 1944 - November 14, 2009